lunes, 18 de octubre de 2010

Capítulo 10 - Miércoles 7, Jueves 8 y Viernes 9 de Septiembre

Los tres días siguientes se me hicieron eternos, apenas tuve una salida para continuar la investigación y, por encima, las familias de las otras dos víctimas se negaron a recibirme. Decidí investigar el tatuaje y visité un conocido local de tatoos, piercing y otras modalidades de estética relacionadas con el tema. La tienda era muy oscuras, las paredes estaban repletas de dibujos que podían ser tatuados y había también pendientes de todos los tipos, formas y tamaños. El dependiente llevaba piercings por toda la cara y en sus brazos apenas había un trozo de piel sin tatuar. - Buenos días, quería que me diera su opinión sobre este tatuaje- pregunto mientras le enseño una foto.
- Esto no es una oficina de información, si quieres un tatuaje dímelo y si no lárgate- responde en un tono grosero.
Saqué la placa y se la puse delante de la cara mientras repito - Buenos días, quería que me diera su opinión sobre este tatuaje
- Bien, bien. Es un tatoo de una textura muy rugosa, sus colores no están bien compensados y hay gran cantidad de errores en el perfilado. Sin duda es la obra de un novato.
- ¿Conoce a alguien que tatúe de esta manera?
- No, las únicas personas que conozco en este mundillo son profesionales. Como le he dicho eso es obra de un novato.
                       
Salí de la tienda pensando en, por qué una persona que no sabe tatuar, toma tantos riesgos en la escena del crimen. Cuando me iba a subir al coche sonó mi móvil, era de la comisaría y me dijeron que habían encontrado a la asistenta y que tenían las órdenes de registro de las otras dos víctimas. Sentí que no era el único que estaba trabajando y eso me reconfortó ligeramente.

La asistenta vivía en un pequeño piso junto a su marido y su hija de siete años. Era una mujer de mediana edad, unos cuarenta años diría yo, su pelo era estropajoso y sus ojos mostraban a la que hace tiempo fue una hermosa mujer. Se notaba que estaba afectada por lo ocurrido con Laura, y lloraba sentada en un sofá enfrente a la silla en la que me encontraba sentado.
- Era una chica llena de vida, no entiendo por qué alguien quiso hacerle eso.
Con tacto comencé mi interrogatorio:
-          ¿Conoce el ambiente en el que se movía Laura?
-          No, yo tan solo iba dos días a la semana a hacer las labores de la casa
-          ¿Y su novio?, ¿conoce a su novio?
-          Si, Jordi era un chico muy impulsivo, aunque no creo que fuera él el que la mató, porque se fue hace unos meses del país.
-          Sabe por qué se marchó.
-          No, eso fue muy extraño porque estaban muy enamorados, sin embargo un día él hizo las maletas y se fue sin más.
-          ¿Laura le contó si discutieron por alguna razón?
-          No tenía tanta confianza con ella como para tratar temas personales, al fin y al cabo yo sólo era la asistenta. Pero sé que ella estaba muy afectada y confusa.
-          Siento tener que hacerle esta pregunta pero es mi trabajo, ¿dónde estaba usted el viernes 15 de Agosto entre las 21:00 y las 0:00 horas?
-          Estaba en mi casa, lo sé porque los viernes termino de trabajar a las siete y siempre estoy muy cansada.
-          ¿Había alguien con usted en su casa?
-          No, mi marido termina de trabajar a las dos de la madrugada porque es camarero en un restaurante del centro, y a mi hija la llevó todos los viernes con sus abuelos. Supongo que no pensará usted que yo…
-          No, tranquila. Tan solo es un requisito indispensable.
-          Hay algo que ella comentó durante una llamada telefónica que quizá pueda ser importante
-          Dígame- respondí intrigado
-          Discutía con su madre y le decía que su vida jamás volvería a ser la misma.

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