lunes, 30 de agosto de 2010

Capítulo 3 - Sábado 27 y Domingo 28 de Agosto

El resto del fin de semana lo dediqué a conocer la ciudad. Vigo tiene lugares realmente preciosos como el parque de Castrelos donde te puedes encontrar desde parejas de ancianos paseando hasta atletas de élite entrenando, como las ruinas celtas del Monte del Castro o las playas. También me llamaron la atención las plazas que hay en el centro de la ciudad como la Plaza de América en la que hay una escultura llamada La Puerta del Atlántico o la impresionante construcción en bronce de la Plaza de España donde cuatro enormes caballos ascienden hacia el cielo mientras un chorro de agua cae entre ellos.

Vigo sigue teniendo el encanto de los pueblos de mar con su ribera y su casco viejo en los que todos los fines de semana se sirven las famosas ostras, percebes y otros mariscos de la ría.

El sábado por la tarde me acerqué a la playa de Samil donde me quede maravillado con la vista de las islas cíes. La belleza de este paisaje hace que te sientas relajado y con ganas de respirar el aire del mar eternamente.

El domingo por la tarde me quedé en el apartamento viendo la televisión y me acosté pronto porque no quería llegar tarde en mi primer día de trabajo. Antes de quedarme dormido sentí la ilusión que cualquiera tiene cuando comienza una nueva aventura. Han sido muchas las ocasiones en las que he añorado tener aquella sensación, porque lo que pasó en los días siguientes hizo que no volviera a sentirla jamás.

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